La verdad es que la perspectiva es muy diferente si observas tu entorno de pie o tumbado, y si es a la sombra de un manzano, mas.
Miraba el árbol con tranquilidad sin la superficialidad que provocaría el ir moviéndose de un lado a otro….
No me perdía detalle, aquellas ramas, las hojas, el vaivén, el ritmo de la brisa….Me quede traspuesto con la mirada fija en una manzana, pensaba en ella y en la ley de la gravedad y en aquel sabio que llego a estas conclusiones….¡ que conocimiento y cultura debería tener aquel hombre! Y otros
Tantos como el o parecidos, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Copérnico y muchos mas.
Destacaban en muchas competencias y con gran éxito. El resto de los humanos no estaban a su nivel pero en general también eran competentes; conocían su medio y podían subsistir y progresar con pocos recursos gracias a su conocimiento en el tratamiento de su entorno.
La gente emigraba con lo puesto y sabía sacar partido de los recursos naturales del nuevo paisaje que les recibía a su llegada.
Ahora es distinto es posible que muchos de nosotros abandonados en un lugar inhóspito y salvaje pereciéramos por incompetencia….no conocemos prácticamente nuestro entorno, fauna, flora, recursos naturales e incluso la mecánica mas elemental: fraguas, encender fuego, almacenar energía, en fin poco a poco nos hemos convertido en especialistas de algún trabajo muy concreto desconociendo e ignorando el resto de conocimientos básicos de nuestra cultura.

Lo más grave es que este viejo fenómeno, potenciado por la repercusión del descubrimiento de la silla, sigue en estos últimos años una evolución alarmante: la especialización de las relaciones humanas.
En una comunidad cuando alguna persona se ve necesitada y debe realizar una gestión, sea por problemas personales, económicos o administrativos; la

Esta situación no sería tan grave si solo afectara a la parte material de nuestro entorno, electricistas, fontaneros, gestores….pero en el momento que esta relación de competencias entra en el campo de las emociones, sentimientos, sanidad y relaciones sociales, estamos perdidos. La sociedad se vuelve fría e insensible; puedes caer enfermo en medio de una calle y la gente ira pasando, mirando a otro lado…no es su competencia, pensaran. Puedes tener un vecino que esta pasando penurias económicas y pensar…no es mi competencia, para esto están los servicios sociales….como mucho si te toca un poco la fibra sensible puedes intentar hacer la gestión e ir a visitar la asistenta social mas cercana y te pueden despachar con estas palabras: este anciano no es de nuestra competencia, pertenece a otro distrito no es asunto nuestro L L L.

Así podría poner miles de ejemplos, incluso en los puestos de trabajo ya no se ayuda al compañero si va a tope, no es nuestra competencia, tampoco abrimos las ventanillas de atención al público aunque en las otras haya una cola de mil demonios….nuestra competencia es otra aunque en aquel momento no tengamos nada que hacer.
En fin no seguimos porque los ejemplos serían interminables pero la cuestión es que esta forma de interrelacionarnos, poco a poco nos va deshumanizando o no, según se mire y nos va convirtiendo en elementos mecánicos de un sistema. Por ahora casi lo único que nos diferencia de una máquina expendedora de tabaco o billetes es nuestro aspecto biológico, parece que las máquinas te entienden, hablan y te sirven siempre que sea de su competencia pero hoy por hoy no te miran ni sienten tu alegría o tristeza, no se comunican contigo mas allá de su programación “competente”, casi como nosotros.
Cada vez más, las personas cuando las necesitas se limitan a ofrecerte su especialidad, arropada por grandes dosis de ambición e indiferencia. Indiferencia para ser mas competentes y ambición como estímulo de la competencia. . .
El estruendo de una máquina agrícola me hizo volver a la realidad…..como había

Antes, la época de siega o de la vendimia era dura…era el resultado de un año de
